adquisición del lenguaje (aunque manifieste las dificultades descritas anteriormente en el apartado 4b) y su cociente intelectual debe situarse en los límites de la normalidad. Ambos aspectos son esenciales para el diagnóstico y diferencian el Asperger del resto de los TGD o TEA.
Muchos expertos cuestionan el que se requiera una ausencia de retraso en el lenguaje como elemento clave para el diagnóstico, ya que, en realidad, muchas personas diagnosticadas de trastorno de Asperger habían presentado, de hecho, cierto retraso en la adquisición del habla.
Lossistemas internacionales actuales de clasificación provocan cierta confusión, ya que basta conutilizar “palabras a los dos años” y “frases comunicativas a los tres”, para tipificar un desarrollo “normal” del lenguaje; lo que realmente no refleja la complejidad de un posible retraso en el lenguaje y la comunicación.
El concepto de “alto nivel de funcionamiento” no está aceptado en los manuales clasificatorios.
Normalmente se suele utilizar para las personas con autismo que presentan inteligencia límite; o para aquellas sin discapacidad intelectual, pero con retraso del lenguaje. La diversidad en la interpretación del término desaconseja su uso hasta que se establezca, si se establece, una definición que sea válida, fiable y útil.

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